El domingo pasado, el ala
cerrada del conjunto de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Rob Gronkowski, se
unió a Vince Wilfork y Jerod Mayo en la lista de lesiones por el resto de la
presente campaña al romperse los ligamentos de la rodilla derecha cuando los
Patriotas enfrentaban a los Browns en el Gillette Stadium de Foxboro, MA.
La mala fortuna de Gronkowski,
quien se podría decir que es el jugador más dominante de su posición en la
liga, le complica el panorama al conjunto comandado por Bill Belichick de cara
al Super Bowl ya que sencillamente los Patriotas juegan mucho mejor con
Gronkowski en el campo.
Evidencia de ello son las
siguientes estadísticas: en los primeros seis encuentros del año, cuando
Gronkowski estaba inactivo, los Patriotas promediaron 21 puntos por partido y
Tom Brady completó menos de 57% de sus pases. En cambio, cuando “Gronk” se
recuperó de sus cirugías y tomó el terreno de juego en los siguientes siete
juegos, Nueva Inglaterra promedió 32 puntos por partido y Brady vio su
porcentaje de pases completos
aumentar a más de 64%.
En mi opinión, la presión de
encontrarle una solución pronta a esta desafortunada situación caerá más que
todo sobre los hombros de Belichick y la defensa patriota porque, a pesar de
que Julian Edelman se ha convertido en un excelente receptor, Shane Vereen ha
reencontrando su ritmo de juego por tierra y Aaron Dobson y Kenbrell Thompkins
han demostrado ser buenas armas ofensivas,
indudablemente esta nueva lesión de Gronkowski dificultará los chances
del equipo local para batallar en la post temporada y sucesivamente alcanzar el
Super Bowl.
- Y gracias por no fumar!
Gronkowski siendo retirado del encuentro ante los Browns tras lesionarse la rodilla |
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